Empezando a preparar el huerto de invierno

Los dos primeros años, me limité a plantar lo típico de verano (tomates, berenjenas, pimiento, etc.), y pasado este cultivo dejaba reposar la tierra durante el invierno, sin plantar nada. No quería estresar la tierra. Llegados a octubre, le mezclaba una buena cantidad de gallinaza, y ahí se quedaba unos meses a la espera de abril-mayo para empezar una nueva temporada.
Este año quiero probar de plantar alguna cosa durante este periodo, y el aporte de materia orgánica lo iré haciendo más sobre la marcha, usando materia más descompuesta.

Alcachofas

Esta semana he plantado tres estacas de alcachofa, con sus brotes ya un poco creciditos. Es la primera vez que planto alcachofas, así que ya veremos qué tal se adptan. He leído que en climas no excesivamente fríos florecen dos veces, una antes de que llegue el frío intenso de enero, y otra ya más adelante. Veremos qué tal funcionan estas…

Estaca de alcachofa

Estaca de alcachofa para plantar en el huerto

Alcachofas plantadas

Alcachofas plantadas

Zanahorias

También como cultivo nuevo quiero probar las zanahorias. Me temo que no es el mejor momento para sembrarlas, pero quiero probar de sembrar las semillas ya mismo, esta semana, y ver si espabilan y antes de que llegue el frío intenso ya se pueden recolectar. La semilla que compré pone que la recolección se hace a los 80-90 días desde la siembra, lo que me situaría a principios de diciembre. Aun así, me temo que de la teoría a la práctica la cosa va a ser distinta… Imagino que dependerá de lo frío que sea este Otoño y lo que se alargue el buen tiempo. Pero bueno, en parte me lo tomo como algo experimental, de lo que algo aprenderemos sí o sí.
La zona donde he plantado las zanahorias la he rodeado con plantel de cebollas, que he leído que se asocian bien y además que la cebolla protege a la zanahoria de ciertas plagas.

Plantel de cebolla

Plantel de cebolla a punto de plantar

Lechugas

He plantado también algunas lechugas de plantel, ahora que ya no habrá problemas con el espigado. Esta vez, al mismo momento de plantarlas las he protegido con una barrera anti-caracoles. No me gusta nada ir cargándome a los pobres animales que viven tranquilos en el huerto, pero hay una gran cantidad de ellos, y no se llevan nada bien con el huerto, especialmente con los planteles de cebolla y lechuga. Otras veces me he quedado prácticamente sin plantel al cabo de un par de días por su culpa, y esta vez no quería que me volviera a pasar.